El fuego de una pasión
muy tarde o nunca se apaga,
aunque en el pecho se haga
pedazos el corazón;
porque el alma enamorada
que aparece fría y muerta
se reanima y despierta
al calor de una mirada.
Autor: Teodoro Guerrero
muy tarde o nunca se apaga,
aunque en el pecho se haga
pedazos el corazón;
porque el alma enamorada
que aparece fría y muerta
se reanima y despierta
al calor de una mirada.
Autor: Teodoro Guerrero