viernes, 15 de junio de 2007

La lámpara del ciego

Había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida.
La ciudad era muy oscura en las noches sin luna como aquella.

En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce.
Se da cuenta de que es Guno, el ciego del pueblo. Entonces, le dice:
- ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves...

Entonces, el ciego le responde:
- Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí...

3 comentarios:

Maricel dijo...

Hola Yomis bonita. Sigo leyendo las historias que pones. Son auténticas lecciones.
Gracias por seguir ahi. Un abrazo para ti y una rascadita de barriga para Lucas.



Si puedes, haz el favor de darle recuerdos a mcar de mi parte, no tengo modo de hacerlo yo.

Unknown dijo...

Hola guapa!

Tenía en mente mandarte un e-mail, y después leí un mensaje en MR por el que supe que estabas pasando unos malos días. Por eso decidí esperar.

En cuanto hable con Mcar le daré recuerdos de tu parte.

Muchos besitos, guapa. Ya verás como todo acaba bien.

Maricel dijo...

Ay Yomis preciosa, te has enterado?. No pasa una hora al dia sin que me acuerde de ella, si llueve porque llueve y si hace sol porque hace sol, siempre pienso que estará mal. Te puedes imaginar el disgustazo que tengo, sobre todo porque fue debido a mi exceso de confianza, para mi ella era de casa, no me di cuenta de que para ella yo era un extraño más. Despues de todo lo mal que lo tuvo que pasar, pobrecita mia.
Estoy haciendo todo lo que puedo para localizarla, pero no lo consigo.
Si supiese que la tenía alguien y la trataba bien, ya me daría por conforme, pero esta incertidumbre es terrible.
En fin, es lo que me toca, por torpe y ya no tiene remedio.

Gracias por estar ahi.
Un abrazo