viernes, 8 de junio de 2007

Tu problema, mi problema

Tu problema, mi problema

Un ratón, mirando por un agujero en la pared ve a un granjero y su esposa abriendo un paquete...
Pensó, luego, qué tipo de comida podía haber allí.
Quedó aterrorizado cuando descubrió que era una ratonera.

Fue corriendo al patio de la Granja a advertir a todos:
- "¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera en la casa!"

La gallina, que estaba cacareando y escarbando, levantó la cabeza y dijo:
- "Discúlpeme Sr. Ratón, yo entiendo que es un gran problema para usted, más no me perjudica en nada, no me incomoda."

El ratón fue hasta el cordero y le dice:
- "¡Hay una ratonera en la casa, una ratonera!"
- "Discúlpeme Sr. Ratón, más no hay nada que yo pueda hacer, a no ser orar. Quede tranquilo que el señor será recordado en mis oraciones."

El ratón se dirigió entonces a la vaca:
- "¿El qué, Sr. Ratón? ¿Una ratonera? ¿Pero acaso, estoy en peligro? ¡Pienso que no!"

Entonces el ratón volvió para la casa, cabizbajo y abatido, para encarar a la ratonera del granjero.
Aquella noche se oyó un gran barullo, como el de una ratonera atrapando su víctima. La mujer del granjero corrió para ver lo que había atrapado. En la oscuridad, ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una cobra venenosa.

La cobra picó a la mujer. El granjero la llevo inmediatamente al hospital. Ella volvió con fiebre.
Todo el mundo sabe que, para alimentar alguien con fiebre, nada mejor que una sopa.
El granjero agarró su cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina.

Como la enfermedad de la mujer continuaba, los amigos y vecinos fueron a visitarla. Para alimentarlos, el granjero mató el cordero. La mujer no mejoró y acabó muriendo. Mucha gente fue al funeral.
El granjero entonces sacrificó la vaca para alimentar a todo el pueblo.

La próxima vez que usted oiga decir que alguien está delante de un problema y crea que el problema no merece su atención, acuérdese que, cuando hay una ratonera en la casa, toda la hacienda corre riesgo.

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