viernes, 13 de julio de 2007

El noble y el campesino

Lo que damos a los que nos rodean regresa a nosotros...

Su nombre era Fleming y el era un pobre agricultor inglés. Un día, mientras trataba de ganarse la vida para su familia, escuchó a alguien pidiendo ayuda desde un pantano cercano, inmediatamente soltó sus herramientas y corrió hacia el pantano. Allí, enterrado hasta la cintura en el lodo negro, estaba un niño aterrorizado, gritando y luchando tratando de liberarse del lodo. El agricultor Fleming salvó al niño de lo que pudo ser una muerte lenta y terrible. El día siguiente, un carruaje muy pomposo llegó hasta los predios del agricultor inglés. Un noble inglés, elegantemente vestido se bajo del vehículo y se presento a sí mismo como el padre del niño que Fleming había salvado.

- Yo quiero recompensarlo -dijo el noble inglés- Usted salvó la vida de mi hijo.

- No, yo no puedo aceptar una recompensa por lo que hice -respondió el agricultor inglés, rechazando la oferta.

En ese momento el propio hijo del agricultor salió a la puerta de la casa de la familia.
- ¿Ese es su hijo? -preguntó el noble inglés.

- Sí -respondió el agricultor lleno de orgullo.

- Le voy a proponer un trato, déjeme llevarme a su hijo y ofrecerle una buena educación...si él es parecido a su padre, crecerá hasta convertirse en un hombre del cual Ud. podrá sentirse muy orgulloso.
El agricultor aceptó.

Con el paso del tiempo, el hijo de Fleming el agricultor, se graduó en la escuela de Medicina de St. Mary’s Hospital de Londres, y se convirtió en un personaje conocido a través del mundo; el notorio Sir Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina.

Algunos años después, el hijo del noble inglés, cayó enfermo de pulmonía.
¿Qué lo salvó? La penicilina.
¿El nombre del noble inglés?: Randolph Churchill.
¿El nombre del hijo?: Sir Winston Churchill.

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