lunes, 24 de septiembre de 2007

La caja llena de besos

Hace ya un tiempo, un hombre castigó su pequeña niña de 3 años por desperdiciar un rollo de papel de envoltura dorado. El dinero era escaso en esos días por lo que explotó en furia, cuando vio a la niña tratando de envolver una caja para ponerla debajo del árbol de Navidad, más sin embargo la niña le llevo el regalo a su padre la siguiente mañana y dijo: "Esto es para ti, Papito".
Él se sintió avergonzado de su reacción de furia, pero volvió a explotar cuando vio que la caja estaba vacía. Le volvió a gritar diciendo: "¿Qué no sabes que cuando das un regalo a alguien se supone que debe haber algo adentro?"

La pequeñita volteó hacia arriba con lagrimas en los ojos y dijo, "Oh, Papito, no esta vacía, yo soplé besos adentro de la caja. Todos para ti, Papi."

El Padre se sintió morir; puso sus brazos alrededor de su niña y le suplicó que lo perdonara.

Se ha dicho que el hombre guardó esa caja dorada cerca de su cama por años y siempre que se sentía derrumbado, él tomaba de la caja un beso imaginario y recordaba el amor que su niña había puesto ahí.


En una forma muy sensible, cada uno de nosotros los humanos, hemos recibido un recipiente dorado, lleno de amor incondicional y besos de nuestros hijos, amigos y familia.
Nadie podría tener una propiedad o posesión más hermosa que esta.

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