viernes, 25 de enero de 2008

El pequeño Jaime

Jamie estaba intentando conseguir una parte en una obra en la escuela. Su mamá me dijo que el niño había puesto su corazón en ello, aún así ella temía que no sería elegido.
El día que las partes de la obra fueron repartidas, yo estuve en la escuela. Jaime salió corriendo con los ojos brillantes con orgullo y emoción.
- ¡¡Adivina qué mamá!!, gritó, y dijo las palabras que permanecerán como una lección para mí:
- ¡He sido elegido para aplaudir y animar".

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