miércoles, 16 de enero de 2008

Entrevista con Dios

Con mi título de periodista recién obtenido, decidí realizar una Gran Entrevista, y mi deseo fue concedido permitiéndoseme una reunión con DIOS.
- Pasa, me dijo Dios. ¿Así que quieres entrevistarme?
- Bueno, le contesté, si tienes tiempo...
Se sonríe por entre la barba y dice:
- Mi tiempo se llama eternidad y alcanza para todo. ¿Qué preguntas quieres hacerme?

- Ninguna nueva, ni difícil para Tí: ¿Qué es lo que más te sorprende de los hombres?
Y dijo:
- Que se aburren de ser niños, apurados por crecer y luego se pasan el resto de sus vidas suspirando por ser niños.
- Que primero pierden la salud para tener dinero y acto seguido pierden el dinero para recuperar la salud.
- Que por pensar ansiosamente en el futuro, descuidan su hora actual, con lo que ni viven el presente ni el futuro.
- Que viven como si no fueran a morirse, y se mueren como si no hubieran vivido, y pensar que YO..., con los ojos llenos de lágrimas y la voz entrecortada dejó de hablar. Sus manos toman fuertemente las mías y seguimos en silencio.

Después de un largo tiempo y para cortar el tema, le dije:
- ¿Me dejas hacerte otra pregunta?
No me respondió con palabras, sino sólo con su tierna mirada.
- Como Padre, ¿qué es lo que le pedirías a tus hijos?
- Que aprendan que no pueden hacer que alguien los ame. Lo que si pueden hacer es dejarse amar.
- Que aprendan que toma años construir la confianza y sólo segundos para destruirla.
- Que lo más valioso no es lo que tienen en sus vidas sino A QUIEN tienen en sus vidas.
- Que aprendan que no es bueno compararse con los demás, pues siempre habrá alguien mejor o peor que ellos.
- Que "rico", no es el que más tiene, sino el que menos necesita.
- Que aprendan que deben controlar sus actitudes, o sus actitudes los controlaran.
- Que bastan unos pocos segundos para producir heridas profundas en las personas que amamos y que pueden tardar muchos años en ser sanadas, muchas veces, esto nunca se logra.
- Que aprendan que a perdonar se aprende practicando.
- Que hay gente que los quiere mucho, pero que simplemente no saben como demostrarlo.
- Que aprendan que el dinero lo compra todo menos la felicidad.
- Que a veces cuando estén molestos tienen derecho a estarlo, pero eso no les da derecho a molestar a los que lo rodean.
- Que los grandes sueños no requieren de grandes alas, sino de un tren de aterrizaje para lograrlos.
- Que los amigos de verdad son tan escasos, que quien ha encontrado uno ha encontrado un verdadero tesoro.
- Que no siempre es suficiente ser perdonado por otros, algunas veces deben perdonarse a si mismos.
- Que aprendan que son dueños de lo que callan y esclavos de lo que dicen.
- Que de lo que siembran, cosechan; si siembran chismes, cosecharan intrigas. Si siembran amor, cosecharan felicidad.
- Que aprendan que la verdadera felicidad no es lograr sus metas, sino aprender a ser feliz con lo que tienen.
- Que aprendan que la felicidad no es cuestión de suerte sino producto de sus decisiones.
- Ellos deciden ser felices con lo que son y tienen, o morir de envidia y celos por los que les falta y carecen.
- Que dos personas pueden mirar una misma cosa y ver algo totalmente diferente.
- Que sin importar las consecuencias, aquellos que son honestos consigo mismos, llegan lejos en la vida.
- Que a pesar de que piensen que no tienen nada más que dar, cuando un amigo llora con ellos, encuentran la fortaleza para vencer sus dolores.
- Que retener a la fuerza a las personas que aman, las aleja más rápidamente de ellos y al dejarlas ir, las deja para siempre a su lado.
- Que a pesar de que la palabra amor puede tener muchos significados distintos, pierde valor cuando es usada en exceso.
- Que aprendan que amar y querer no son sinónimos sino antónimos, el querer lo exige todo, el amor lo entrega todo.
- Que nunca harán nada tan grande para que Dios los ame más, ni nada tan malo para que los ame menos. Simplemente, los amo a pesar de sus conductas.
- Que aprendan que la distancia más lejos que puedan estar de Mí, es la distancia de una simple oración.

Y así, en un encuentro profundo, tomados de la mano, continuamos en silencio.

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